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El Impuesto General a las Ventas (IGV) en Perú

El sistema tributario peruano es un pilar fundamental para la estabilidad económica del país, y dentro de este sistema, el Impuesto General a las Ventas (IGV) destaca como uno de los tributos más relevantes. El IGV es un impuesto obligatorio que los ciudadanos peruanos deben pagar al adquirir bienes o servicios. Su tasa general es del 16%, pero con la inclusión del 2% adicional del Impuesto de Promoción Municipal, el total asciende al 18% sobre el valor total de las ventas.

Al ser un impuesto, esto implica que se aplica cuando se recibe un bien o servicio indirectamente gracias al estado (ya que los actos comerciales se desarrollan por medio de la organización presentada por el gobierno). Sin embargo, este cobro al comerciante se realiza de forma indirecta, ya que recae sobre el consumidor final y no sobre el proveedor. Este último actúa como un intermediario que recolecta el impuesto del cliente y luego lo remite a la Administración Tributaria. La recaudación y administración del IGV están a cargo de la Superintendencia Nacional de Tributos Internos (SUNAT). Este organismo es el responsable de garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias y de promover una cultura de contribución fiscal.

Es importante comprender que el IGV se aplica sobre el monto acordado a pagar, generando así el "monto total a pagar" o "precio de venta". Es decir, al precio de compra u original de un producto o servicio, se le tiene que sumar el 18% al cliente, y es ese porcentaje extra que el vendedor otorgará al estado.

Las operaciones afectadas por el IGV son las siguientes: la venta de bienes muebles, la prestación o utilización de servicios, contratos de construcción en territorio peruano y la primera venta de inmuebles por parte de los constructores. Sin embargo, existen exoneraciones para ciertos productos considerados esenciales, como ciertos medicamentos y alimentos básicos.

Para categorizar el IGV se le divide en los siguientes cinco tipos:

1. IGV por cobrar: El porcentaje que debe retirar un comerciante por cada venta que complete.
2. IGV por pagar: El precio de venta que deben pagar los consumidores.
3. IGV por acreditar: Es el monto por pagar de las compras de la empresa que aún no se ha cobrado.
4. IGV por traslado: Es el impuesto de una venta que no se aplica al cliente hasta que se le hace una factura, ya que son ventas a crédito.
5. IGV acreditable: Son compras por efectivo que reemplacen parte del pago del IGV que debe otorgar el comercio al estado, o la devolución de los bienes.

Una característica clave del IGV es su naturaleza plurifásica y no acumulativa. Esto implica que el impuesto se aplica a todas las etapas del proceso de producción y distribución, gravando únicamente el valor agregado en cada fase económica, pero con capacidad de deducir del impuesto pagado en las etapas anteriores, lo que evita la acumulación del tributo.

Dado su carácter de gestión pública, el IGV no es ajeno a los desafíos del entorno económico peruano. La evasión tributaria es uno de los problemas más significativos que enfrenta el sistema tributario del país. Según datos de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT), la evasión del IGV rondó el 36.2% en el año 2009. Este fenómeno, catalogado como un incremento patrimonial no justificado o una fuga de capitales al exterior, impacta negativamente en la recaudación y en la distribución equitativa de los recursos fiscales.

El incremento de la evasión tributaria en los últimos años ha generado preocupación en las autoridades y en los analistas económicos. A pesar del crecimiento económico, la recaudación del IGV no ha aumentado de manera proporcional, lo que pone en riesgo la financiación de servicios públicos esenciales. La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) estima que la falta de pago del IGV se traduce a una pérdida del porcentaje significativo del Producto Interno Bruto (PIB), lo que subraya la magnitud del desafío.

El sistema tributario peruano, al igual que en muchas otras naciones, refleja las complejidades y desafíos inherentes a la administración de los impuestos en un contexto económico y social. En el caso del IGV, su importancia trasciende las transacciones comerciales cotidianas para convertirse en un componente vital de la política fiscal y la gestión financiera del Estado peruano.

El IGV, como se ha mencionado, es un tributo de naturaleza indirecta que impacta directamente en el poder adquisitivo de los ciudadanos y en la competitividad de las empresas. La tasa impositiva del 18%, compuesta por el 16% correspondiente al IGV y el 2% adicional del Impuesto de Promoción Municipal, puede tener repercusiones significativas en el costo final de los bienes y servicios, así como en la capacidad de las empresas para mantener márgenes de ganancia competitivos.

Uno de los aspectos más debatidos en torno al IGV es su impacto en la distribución del ingreso y la equidad tributaria. Si bien el impuesto se aplica de manera uniforme a todas las transacciones comerciales, independientemente del nivel de ingresos del comprador, su carga impositiva puede ser percibida como regresiva, especialmente para los segmentos de la población con menores recursos económicos. En este sentido, es fundamental que las políticas fiscales y sociales busquen mitigar los efectos adversos del IGV en los grupos más vulnerables, ya sea a través de mecanismos de compensación o exoneración selectiva de ciertos productos y servicios esenciales.

Otro aspecto relevante del IGV es su papel como instrumento de recaudación y financiamiento del Estado. Dada su condición de principal fuente de ingresos tributarios en el Perú, la eficacia en la administración y recaudación del IGV adquiere una importancia estratégica para la viabilidad de los programas y políticas públicas. En este sentido, la labor de la SUNAT en la fiscalización y control del cumplimiento de las obligaciones tributarias reviste una relevancia crítica, no solo en términos de recaudación de ingresos, sino también en la promoción de una cultura de cumplimiento tributario y transparencia fiscal.

Sin embargo, la eficacia del sistema tributario peruano, incluido el IGV, no solo se mide en términos de recaudación fiscal, sino también en su capacidad para promover el crecimiento económico sostenible y la inclusión social. En este sentido, es fundamental analizar cómo las políticas fiscales y tributarias impactan en la inversión privada, la generación de empleo y la reducción de la pobreza y la desigualdad. Si bien el IGV puede contribuir a la financiación de programas sociales y de infraestructura, su diseño y aplicación deben tener en cuenta los imperativos de equidad y desarrollo inclusivo.

Dada su relevancia, la educación tributaria juega un papel fundamental en la promoción de una cultura de cumplimiento y transparencia fiscal. La capacitación y sensibilización de los contribuyentes sobre sus derechos y obligaciones fiscales pueden contribuir no solo a una mayor conformidad con la ley, sino también a una mayor participación en el debate público sobre las políticas fiscales y el uso de los ingresos públicos.

Además, el IGV no solo tiene implicaciones a nivel nacional, sino también en el contexto de la integración económica regional y la competitividad internacional. En un mundo cada vez más globalizado, la armonización de los sistemas tributarios y la eliminación de barreras comerciales pueden facilitar el flujo de bienes y servicios entre países y regiones, promoviendo la eficiencia económica y la creación de empleo.

En conclusión, el Impuesto General a las Ventas (IGV) en Perú es mucho más que un simple tributo sobre las transacciones comerciales. Es un instrumento fundamental de política fiscal, recaudación de ingresos y promoción del desarrollo económico y social. Sin embargo, su efectividad y equidad dependen en gran medida de la capacidad del Estado y la sociedad para abordar los desafíos estructurales y promover una cultura de cumplimiento tributario y transparencia fiscal. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo, podemos garantizar que el IGV y el sistema tributario peruano en su conjunto contribuyan a la construcción de un país más próspero, justo y equitativo para todos sus ciudadanos.

Tasas de iva por país

País General Reducido Aumentado Ver también
España 21 % 10 % / 4 %   Agenciatributaria.es
México 16 %     Sat.gob.mx
Argentina 21 % 10.5 % / 2.5 % 27 % Afip.gob.ar
Colombia 19 % 5 %   Dian.gov.co
Chile 19 %     Minrel.gob.cl
Perú 18 %     Sunat.gob.pe
Venezuela 16 % 8 %   Snc.gob.ve
Ecuador 15 %     Sri.gob.ec
Paraguay 10 % 5 %   Set.gov.py
Uruguay 22 % 10 %   Dgi.gub.uy
Honduras 15 % 12 % 18% / 20% Sar.gob.hn